Antes de comenzar a relatar mi historia siento que he de
aclarar varias cosas. Abogados, jueces, médicos, peritos… todos han dado su
versión de los hechos pero jamás se me escucho a mí, necesito sacarlo y
enterrarlo de una vez por todas. Escribir
lo que ocurrió antes de quedarme tetrapléjica me resulta muy complicado, no
solo por la carga emocional que supone sino porque quiero conseguir transmitir
de manera certera mis impresiones y sentimientos más allá de la historia.
Me siento limpia, liviana, porque dentro de mí no existe el pesado
lastre del odio o el rencor, nunca me alcanzaron y mi sangre no se envenenó. Por eso me siento orgullosa de mi corazón,
porque aprendió a perdonar, a olvidar y siguió adelante en busca de aire fresco
y no se quedo inhalando el viciado.
Intento no pensar mucho en lo que ocurrió, no me gusta mirar
al pasado y menos recrearme en él pero algo tengo claro, voy a luchar con todas
mis fuerzas para que la situación que yo viví no se vuelva a dar. Todo lo que
voy a contar está probado y tengo en mi poder todos los documentos e informes,
no los cuelgo por no hacer juicios paralelos ya que actualmente el caso está en
manos de la justicia.
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